Siempre me ha sido fácil reconocer y clasificar a las personas, los divido en dos tipos básicos: los que tienen y los que no tienen corazón. Éstos últimos son fácilmente identificables, su falta de aura les delata. Seres vacíos, huecos por dentro, frágiles a pesar de llevar una potente armadura; en cuanto la atraviesas se deshacen como castillos de arena. Si no tienes como yo esa rara habilidad de ver el aura o la ausencia de ella en las personas no pasa nada, nadie es perfecto, pero entonces mi recomendación sería, como no, que prestes una especial atención a la puerta del alma: los ojos. Si son mentirosos o están helados como glaciares o son dos pozos sin fondo, mejor ándate con ojo, quizás estamos ante un tipo sin corazón. Y es mejor no relacionarse con personas de esa índole. Evítalo a toda costa, ponte de perfil, disfrázate, hazte invisible, pero que no te vea, por favor, que no te vea. Ése es mi consejo. Las personas que tienen corazón son más complicadas, te pueden hacer más daño que las otras si cabe. Los claramente malintencionados tienen una aura difícil de leer y son grandes manipuladores, te utilizan como una marioneta y mueven con gracia los hilos, pero no te lleves a engaño, casi siempre pretenden sacarte todo el jugo para su propio beneficio, son grandes vampiros de energía, unos piezas, sin duda. Si les dejas pueden acabar contigo. No les dejes. Me quedan los bienintencionados. Tienen aura, sin duda. Son buena gente, quieren lo mejor para ti, pero te harán sufrir. Se enamorarán de ti, te querrán, te dejarán de querer, te odiarán, se preocuparán por ti, te bronquearán, te harán reír, te harán llorar, te agitarán el corazón como unas maracas. Pero no dejes de moverte entre ellos. Te sentirás vivo. Evita a los demás, a estos no les des la espalda. Mézclate, rózate con ellos, retoza, regálales tu tiempo, tu risa, bebe unas cervezas a su salud, vete al circo de las sábanas blancas con ellos, sube a la montaña rusa, funde la noche, comparte amaneceres, comparte tu vida con ellos. No merece la pena estar en otro lugar.
