Yo vivo en un mundo en dos dimensiones.
De perfil se diría que no existo,
No soy sino apenas una línea.
De frente una imagen, una mentira o quizás algo peor.
Yo vivo en un mundo en blanco y negro.
Soy una sombra, un claroscuro,
Una sobreexposición, una ausencia de color.
Comparado con una fotografía antigua, no soy mejor.
Y tú me miras con desdén y me arrugo,
Y me doblo y me giro y desaparezco.
La carencia de tu amor me transforma,
Soy un joker, un payaso, un comodín.
Tu mirada es un cuchillo de hoja tan fina
Que se clava en mi corazón.
Y aun produciendo un daño de alto calibre, mortal,
Al atravesarme no deja más que unas gotitas planas de negra sangre.
Y yo, tan loco, lanzo una flecha a tu corazón,
Y me cruzo delante de ti a la velocidad de la luz,
Para recibir el flechazo en mitad de mi pecho,
Y morir dulcemente, partido en dos.