Os voy a proponer un juego. No, dos. No, tres. Me explico. El primero ya lo conocéis: es el scrabble. Habrá gente a la que le parezca aburrido y habrá gente a la que le encante. Hasta aquí todo normal. Lo que yo propongo es que una vez acabado el juego se inicie otro que consistirá en escribir un texto a partir de las palabras que han salido en la partida. A mí me parece muy divertido y entretenido. A continuación os dejo con una partida que jugué con mi novia y que se me ocurrió apuntar. Aquí tenéis una imagen de como quedó la partida y los dos textos:
Eh! Note la vida.
En el típico bar cañí donde sirven menú de baratillo intento emborrachar la ausencia de mi ex. Acudo cada día y algunos jetas me tratan como a un zar por las propinas que he dejado noche tras noche. Es duro ver como la platea se divierte viendo tu grado de soledad. Forran las esquinas con mi nombre y ya no puedo marearlos más con la misma historia. Únicamente me sonríe un sueco al compás de una jota en clave de do mientras me dice: Eh, note la vida… Su acento me chirría con tal desgarro que tengo que largarme de allí. Una chica fácil me susurra: ¿Sellarías con besos mi garganta?... Llego al baño, mis mejillas están pálidas y tengo cara de enfermo. ¿Es ésta la herencia que dejó nuestra historia de amor?... Corro esa misma noche a devolverle su bala. No caeré de nuevo en su trampa… A la mañana siguiente mientras nos duchamos y los primeros rayos de sol se funden con el día, respiro fuerte y relajadamente y… noto la vida.
Una historia de la España cañí
El Jota, que es un jetas, me dice “a mí si se sirven llamarme para una herencia, acudo de buen grado y, sin marearlos demasiado doy el do de pecho. Seguro que se forran conmigo y luego se funden la pasta dejando pálidas a sus ex”. Y yo, que tiro con bala, le digo, sin hacerme el sueco, “a ver si nos duchamos, tú, que no hay que ser un zar para que se note el nivel. Él, engullendo su menú de diez pavos, me contesta “eh! ya te he dicho que me llueven besos sin fin y tú sellarías y enviarías una carta al diablo clamando por mi éxito”. Yo, para acabar, sentado en primera fila de platea, asiento y doy por finalizada nuestra conversación.
No, no me he olvidado del tercer juego. Para éste necesito vuestra colaboración y consiste en que votéis cuál de los dos textos os gusta más. Y así sabremos quién ganó la partida.
Se cerró la votación. Empate técnico.