Talk Talk fue un grupo musical liderado por el cantante y multi-instrumentalista Mark Hollis que comenzó en la década de los 80 en Inglaterra haciendo tecno pop y que evolucionó posteriormente llegando a convertirse en precursor del post-rock. La banda se disolvió en 1991. El primer disco de Talk Talk (1982), de nombre genérico The Party’s Over, se encuentra encuadrado totalmente en el tecno pop y recuerda muchísimo a otros grupos de la época como Orchertral Manoeuvres in the Dark, OMD. Este disco desde el punto de vista musical no aporta nada nuevo, sintetizadores, teclados, acordes fáciles, música poco elaborada. No lo escucho nunca, la verdad.
Es en su segundo disco, It’s My Life (1984), cuando Talk Talk alcanza fama y del que se extrae su tema más recordado Such a Shame . En este disco todavía se escuchan teclados, batería, poca instrumentación pero se atisba una evolución. La personalísima voz de Mark Hollis con su timbre característico e inimitable sigue siendo lo más destacable de su música. En este trabajo se empiezan a introducir auténticos instrumentos, en este caso de viento, ya no se escuchan solamente teclados y sintetizadores. A partir del segundo disco y esto es algo que se convertirá en norma, se advierte algo un tanto peculiar, algunas canciones, por sus características, podrían estar en el disco anterior y algunas en el siguiente. Renée, Tomorrow Started, y Such a Shame, las mejores del disco podrían estar en su siguiente CD, y se diferencian del resto de los temas, que podrían estar en el primero, en profundidad, en la inclusión de ciertos instrumentos, incluso en la duración, de unos seis minutos cada una. Renée es una de mis preferidas de toda la discografía; la voz de Hollis siempre única, aquí brilla llena de melancolía; la trompeta con sordina; es una canción preciosa. Tomorrow Started es otra maravilla y Such a Shame fantástica.
Llega 1986 y Talk Talk saca al mercado el que será para mí su disco más equilibrado, The Colour of Spring. Hay una evolución clara. Aquí hay personalidad, estilo propio inconfundible. Dejamos atrás sintetizadores, bases rítmicas, acordes fáciles y entramos en otros territorios. Empezamos a escuchar instrumentos de cuerda, coros de voces en Time it’s Time y de niños en Happiness is Easy, bajo eléctrico, seguimos con batería, viento, percusión, cada vez más instrumentación. Continuamos con la dinámica iniciada en el disco anterior, April 5th y Chamaleon Day podrían ser temas del siguiente disco y Living in Another World y Life’s What You Make It del anterior. The Colour of Spring es un gran disco, tiene calidad, todas las canciones a un gran nivel, cortes comerciales como Give It Up y algún tema que invita más a la introspección que a otra cosa como Chamaleon Day. Me encanta esta canción y también I Don’t Believe In You , y Give It Up . Me gustan todas, la verdad, y en especial April 5th . Es una barbaridad de canción, una auténtica maravilla. Creo que representa como ninguna otra lo que ha significado Talk Talk. Esto no se parece en nada a los orígenes, es un sonido evolucionado, acústico, con influencias del jazz, de la música clásica, pero es un tema acabado con una idea de principio y final, en cambio en los discos siguientes el grupo le da tanta importancia a la improvisación y a los silencios que a veces parece que estemos escuchando una Jam Session muy personal con mezclas de blues y rock. Enseguida lo veremos.
En 1987 los miembros de Talk Talk, Mark Hollis, Paul Webb (bajo) y Lee Harris (batería) junto con el productor Tim Friese-Greene que actúa como si fuera el auténtico cuarto componente del grupo se encierran durante más de un año en una antigua iglesia gótica abandonada que en los años 60’s se convirtió en Wessex Sound Studios y graban un disco, Spirit of Eden (1988), que será una referencia a partir de entonces entre los estudiosos de la música contemporánea. Se hace difícil definir el disco, cualquier parecido con el primer LP de la banda es pura coincidencia. No sé como explicarlo, entras en él por mediación de Rainbow, la primera canción, y es que no se parece a nada. Te vas a una playa solitaria una noche oscura de verdad y te pones esto en los cascos y no te hace falta tomarte ninguna cosa rara, os lo aseguro, es toda una experiencia. Desde el principio entras en una atmósfera diferente. Desde luego no es una música fácil y no le gustará a todo el mundo. Aunque el disco está concebido como un todo e incluso no hay pausa entre algunos temas, hay algunas diferencias. A mí me encanta The Rainbow , empieza como una pieza de jazz, con un preludio arrítmico de trompeta, oboe, fagot y clarinete y luego entra de lleno en una especie de blues rock, con una guitarra eléctrica y una harmónica brutales. Es que se te pone la piel de gallina. Y luego entra la voz de Mark Hollis, cada vez más oscura. Es una barbaridad. Luego, y sin solución de continuidad viene Eden , también tremenda, por momentos un rock más calmado y al instante siguiente subida de intensidad con la voz de Hollis y la guitarra eléctrica, es como una montaña rusa. Y toda esa orquestación, 17 instrumentos, incluyendo bajos dobles y bajos mejicanos, violines, sección de viento, percusión e instrumentos tan raros como el Shozyg, tocado eso sí por su inventor, Hugh Davies. No sé que pensaba Mark Hollis, no sé si pretendía hacer un disco conceptual o hacer algo para la historia, pocas veces había escuchado algo tan rico desde el punto de vista instrumental. Con respecto al álbum anterior ya no es que haya evolución es que es un salto mortal con doble tirabuzón, es un cambio de paradigma total. En el tercer corte, Desire, sigue subiendo la intensidad en un crescendo brutal con todo de instrumentos sonando literalmente a saco. A partir de este punto de inflexión los temas entran en una dinámica más pausada. Los tres últimos cortes son más espirituales, ya la pausa entre el tercer tema y Inheritance, el cuarto, es más larga que las anteriores. La quinta canción, una maravillosa I Believe in You , es, junto con The Rainbow, la que más me gusta. Aunque son todas. Es una delicia. El disco es un regalo para los amantes de la música. Una auténtica obra maestra.
En 1991 Talk Talk publica el que será su último disco. The Laughing Stock. La grabación, otra vez en Wessex Studios London, reúne a 40 músicos de los cuales aproximadamente la mitad aparecen en los títulos de crédito del disco. Laughing Stock junto con Spirit of Eden y el LP que el líder de la banda sacará en solitario en 1998 titulado Mark Hollis forman una especie de trilogía que no tiene nada que ver con los primeros discos del grupo. En este nuevo CD Hollis, en su continua evolución, creo que le da una mayor importancia a los silencios y a la improvisación que en sus trabajos anteriores. Este disco, que aún siendo enorme es para mí algo inferior a Spirit of Eden, es el más jazzístico de toda su discografía. De hecho el LP salió a la venta bajo el mítico sello especializado en Jazz, Verve de Polydor, la nueva compañía de Talk Talk, que por aquel entonces estaba enfrentado en los juzgados con su anterior compañía Emi. Sin duda donde en Spirit of Eden vi blues y rock aquí veo más jazz, y también una atmósfera más intimista, unas letras complejas y con referencias religiosas que incluso se pueden leer en los títulos de algunas de las canciones: Ascension Day , After the Flood, que precisamente son los dos pesos pesados del disco, con una instrumentación potentísima y con pasajes de difícil escucha, como el final del segundo tema. A mí me encanta New Grass , es la mejor del disco. Es evocadora, es inspiradora, es pura nostalgia. La voz de Hollis es casi ya un susurro. Este disco es complicado y lo es aún más el que completa la trilogía, Mark Hollis, un trabajo muy personal, difícil de clasificar, no es jazz, no es rock, mucho instrumento de viento, muchos silencios, pocas notas, es muy intimista y nada fácil de escuchar. Este disco en solitario me gusta bastante menos que Spirit of Eden y Launghing Stock que son, para mí, las dos obras maestras que hizo Hollis con Talk Talk. Me acuerdo de Mark Hollis. Lo vi una vez hace mucho tiempo en una actuación en un programa musical en la primera de televisión. Me pareció un tío raro, eso es cierto. El entrevistador, el pobre hacía su trabajo, le preguntó el por qué de su música, madre mía, y Hollis, con melena, detrás de sus gafas de sol con espejos y con cara de fastidio le dijo algo así como – Bueno.. hay libertad, no?. Buenísimo. Han pasado mil años y aún me acuerdo. Artista enigmático, sin duda. Si podía poner una nota en lugar de dos, lo hacía y mejor ninguna. Desde su disco en solitario no hemos vuelto a saber de él. Quizás abandonó el mundo de la música o quizás se quedó sin nada que decir o quizás hizo suyo definitivamente lo que siempre defendió, el silencio.